Chega, el partido político portugués de extrema derecha, ha vuelto a la escena política en los últimos días con una serie de acciones que han generado polémica y debate en la sociedad portuguesa. Mientras tanto, su líder, André Ventura, ha aprovechado la oportunidad para intentar desestabilizar al Partido Social Demócrata (PSD) y, al mismo tiempo, mantenerse abierto a posibles acuerdos y entendimientos.
Desde su creación en 2019, Chega ha sido un partido que ha generado controversia por sus posturas extremistas y su discurso populista. Sin embargo, en los últimos días, han vuelto a ser noticia por sus acciones en la calle. El pasado fin de semana, el partido organizó una manifestación en Lisboa para protestar contra las medidas de confinamiento impuestas por el gobierno para hacer frente a la pandemia de COVID-19. La manifestación, que contó con la presencia de cientos de personas, fue duramente criticada por no respetar las medidas de distanciamiento social y por poner en riesgo la salud pública.
Pero la polémica no terminó ahí. Durante la manifestación, André Ventura hizo unas declaraciones que han generado gran revuelo en la sociedad portuguesa. El líder de Chega afirmó que “Portugal no es un país racista” y que “los negros y los gitanos son los que más discriminan”. Estas palabras han sido condenadas por numerosas organizaciones y políticos, que las consideran racistas y xenófobas.
Ante la ola de críticas, Ventura ha intentado justificar sus declaraciones, afirmando que se refería a la discriminación que sufren los portugueses blancos en los barrios más pobres del país. Sin embargo, sus palabras han sido rechazadas por la mayoría de la sociedad portuguesa, que no ha dudado en mostrar su repudio hacia el líder de Chega.
Pero la estrategia de Ventura no se ha limitado solo a la calle. En los últimos días, ha intensificado sus ataques al PSD, principal partido de la oposición en Portugal. En una entrevista reciente, el líder de Chega acusó al PSD de ser “un partido sin rumbo” y de no tener una verdadera oposición al gobierno de izquierda. Además, ha dejado claro que su objetivo es desestabilizar al PSD y convertirse en la principal fuerza de la derecha en Portugal.
Sin embargo, a pesar de sus ataques, Ventura ha dejado abierta la posibilidad de llegar a acuerdos y entendimientos con el PSD. En la misma entrevista, afirmó que estaría dispuesto a colaborar con el PSD en temas como la reforma de la justicia o la lucha contra la corrupción. Estas declaraciones han sido interpretadas por muchos como un intento de suavizar su imagen y de mostrar una actitud más moderada.
Pero, ¿qué hay detrás de esta estrategia de Chega y de su líder? Algunos analistas políticos creen que Ventura está intentando ganar protagonismo y aumentar su popularidad en un momento en el que las encuestas no le son favorables. Además, su discurso radical y populista ha sido criticado por muchos, incluso dentro de su propio partido, lo que podría estar llevando a Ventura a intentar mostrar una imagen más moderada y abierta al diálogo.
En cualquier caso, lo cierto es que Chega ha vuelto a ser noticia en Portugal y ha generado una vez más un intenso debate en la sociedad. Sus acciones y declaraciones han sido condenadas por gran parte de la sociedad, pero también han encontrado apoyo en una parte de la población que se siente atraída por su discurso anti-sistema y su promesa de un cambio radical en la política portuguesa.
En definitiva, Chega sigue siendo un partido polémico y controvertido en Portugal. Sus acciones y declaraciones han generado rechazo y críticas